En nuestro deseo por adentrarnos al fondo, de tocar el corazón de la ciudad de Aguascalientes, hay que dirigirse a los baños termales. El destino es Ojo Caliente, un negocio familiar heredado como tradición para los visitantes y oriundos de la ciudad, en donde gracias a una caída natural de agua caliente se fundaron cuartos de baño con un estilo morisco plasmado en sus coloridos mosaicos y arcos ojivales en las ventanas a 40 grados centígrados, que por los minerales del agua tienen un efecto relajante.
Es el lugar recomendado para empaparte de la esencia de Aguascalientes, donde mientras su agua burbujea te adentras a un estado de contemplación, de descanso y de bienestar. Los ojos de agua caliente fueron el primer atractivo turístico de la antigua ciudad.