Las fantasías de Disney dan la vuelta al mundo y estos escenarios que existen, de los cuales se baso Walt para recordarnos que la magia se encuentra en todas partes.
Castillo de Neuschwanstein, Alemania. Aunque el castillo del clásico de Disney -y que más tarde se convertiría en el emblema de sus parques temáticos en Orlando y Tokio- está inspirado en varias fortalezas europeas que van desde España a Polonia, su diseño tiene como columna vertebral del del alcázar bávaro que también sirvió de inspiración para la Bella Durmiente.
Mont Saint Michel, Francia. Como una pirámide que brota del mar, las construccione medievales de este castillo en Normandía, inspiraron el reino de Corona y su paisaje que enfrenta rocas y agua, que fue el escenario del deslumbrante espectáculo de luces de la película enredados, con el que Raspunzel soñaba desde su torre.