Austria es, sin duda, uno de los países que más posibilidades tiene que ofrecer al viajero. La sobriedad y elegancia de sus ciudades contrasta con los espectaculares paisajes alpinos que rodean algunas de las poblaciones en la zona sur y central, lo cual hace al país uno de los destinos románticos de Europa por detrás de la bella Francia.
Viena, la ciudad imperial, es una de las mejores ofertas artísticas y culturales de Europa, mientras que Salzburgo es el primer destino para los amantes de la música clásica. La ciudad natal de Mozart es uno de los pocos lugares del mundo donde te puedes topar con músicos de conservatorio tocando en las calles. Tampoco te sorprendas si de repente te encuentras paseando por la calle de la Filarmónica de Viena o por la Plaza Mozart; Salzburgo está llena de referencias a la música clásica. Por si fuera poco, las impresionantes cúpulas de sus iglesias barrocas le dan un aire señorial compartido por muy pocas ciudades del mundo. No olviden visitar el Palacio de Schönbrunn, situado en el parque del mismo nombre, es imprescindible para el amante de la arquitectura barroca. La grandiosidad de su fachada y la majestuosidad de su interior dejan atónitos a todos sus visitantes, aunque para muchos, lo mejor del conjunto son los jardines.